Hace bastante poco que se discute abiertamente todo lo que falta para alcanzar la igualdad de género en la sociedad. Movimientos como el argentino Ni una menos o el Me Too que nació en los Estados Unidos son la prueba de que las prácticas machistas se van erradicando de a poco en todos los órdenes de la vida cotidiana.
En ese sentido, el mundo de la gastronomía no queda ajeno a toda esta transformación, obligándose a modificar varias costumbres a las que antes no se les prestaba debida atención, pero que hoy resultan poco menos que inaceptables.
¿Alguna vez oíste hablar de lo que en inglés se conoce como lady menu? Hasta hace algunos años era costumbre que, si una o varias parejas iban a comer a un restaurant, a las mujeres se les entregara un menú sin precios, porque se consideraba que eran los hombres quienes invitaban a comer y pagar, y que era poco elegante que las mujeres supieran cuánto costaba la comida. En realidad, del menú para damas al menú infantil, había un solo paso. Afortunadamente, esa práctica ya cayó en desuso.
La verdad es que empezó a desaparecer en los años 80 cuando, en el restaurant L’Orangerie de la ciudad de Los Angeles, California, a una mujer se le entregó un menú sin precios, por lo que decidió iniciar una demanda judicial por discriminación. Finalmente, el establecimiento perdió el juicio, viéndose obligado a retirar los menúes sin precios, algo que fue imitado por muchos otros más por temor a las demandas. Todavía existen restaurantes que cultivan esta costumbre, pero ya no se lo presenta como lady menu.
¿Qué otras prácticas machistas siguen existiendo todavía a la hora de ir a comer? La que más cuesta erradicar tiene que ver con la degustación de los vinos que se piden en la mesa. La mayoría de los mozos (y mozas) siguen sirviendo vino en la copa del hombre, suponiendo que será él quien lo pruebe. Aún son minoría los que preguntan quién lo catará, pero de a poco hay avances en este sentido.
Aquí también hay que incluir el hecho de que generalmente son ellos quienes reciben la cuenta de la comida, en lugar de dejarla en el medio de la mesa o entregársela a quien la pidió. Además, es común que se siga sirviendo primero a las mujeres, antes que a los hombres. En este aspecto en particular, todavía no existe un protocolo de servicio que tenga en cuenta la igualdad de género.
¿Qué otras prácticas machistas en los restaurantes conocés?
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