En los últimos días, volvió a la Argentina un debate que ya tiene 70 años de antigüedad: la obligatoriedad de las propinas.
La primera vez que se fijó por ley el famoso “laudo gastronómico” fue en 1946, durante el primer Gobierno de Juan Domingo Perón. Y luego desapareció por última vez en 1976, con la llegada de la dictadura militar.
En estas semanas, se vuelve a presentar un proyecto de ley para obligar a todos a pagar propina, con una escala que iría del 14% al 18% de la cuenta, de acuerdo con el tipo de restaurant o bar donde se la cobre: los más costosos y lujosos debería pagar el mayor porcentual. El objetivo de esta propuesta sería un mecanismo de recomposición salarial de los mozos, frente al deterioro provocado por la inflación.
Pero la propuesta conspira contra lo que se supone que representa históricamente: una remuneración optativa que depende de la percepción que tiene el cliente sobre la calidad del servicio que recibió. Por lo menos, eso es en la práctica, porque además existe un aspecto psicológico estudiado por los especialistas, y que tiene que ver con que quien paga una propina abultada también siente que obtiene un mayor reconocimiento social por parte del resto.
A nivel mundial, la práctica de dejar propina es muy variable. En Japón es considerado como algo ofensivo, como una especie de “soborno” al mozo, quien solo está cumpliendo con su deber. En otros países como Alemania, Italia, Holanda, Australia y México, se deja a voluntad alrededor del 10%, como en la Argentina. En cambio, en Brasil, Francia, Reino Unido y Suiza, la propina ya viene agregada a la cuenta (entre el 10% y el 15%). Mientras que en Estados Unidos y Canadá, se obliga a dejar entre un 15% y un 20%, pero cuando el servicio es malo, se suele no dejar nada y hacer el reclamo al gerente del establecimiento.
Por otra parte, en Estados Unidos también nació un movimiento “Ban Tipping” (Prohíban la propina), que quiere concientizar respecto de que un sueldo correcto no debería necesitar que los comensales dejen una gratificación extra. Algo que difícilmente se comparta en nuestro país.
¿Cuánto dejás de propina?
Los chefs son además pareja y darán clases abiertas del 22 al 26 de abril.
El organismo pidió no comprar los productos de Silva Sapori y San Remo.
Tenía 59 años y había heredado el negocio familiar de su padre en Mendoza.
El evento será del 17 al 20 de abril en plena Semana Santa. Todas las…
La caída del consumo y el cambio de perfil del consumidor, dos claves que analizan…
Ezequiel Ortigoza se ubicó en el segundo lugar en acrobacia con la masa y Claudio…