Salón, servicio, ambiente y cocina son los cuatro factores que definen la calidad de un restaurant. Pero suele suceder que, en medio de la velada, la naturaleza imponga sus necesidades y uno se vea obligado a ir al baño, por lo general “al fondo a la derecha”. Y, al igual que cuando se levanta la tapa del capó del auto, uno ve la verdad.
Es que hay baños cuidados, limpios, atendidos, y otros que directamente provocan la náusea del comensal. Y como dijo una conocida bromatóloga, “si así está el baño, cómo estará la cocina”, sector que además suele ser invisible a los ojos del cliente.
¿Cuáles son los principales problemas que se presentan en los baños de los establecimientos gastronómicos? Cucinare te cuenta algunos de los más comunes:
#1. Falta de higiene. Acá es donde entra en juego la desidia del propietario o gerente. No pasa por tener un baño minimalista con artefactos ingleses de diseño, ni música funcional y luces dicroicas, sino de pasar la bayeta y el lampazo. Y lo peor es que no son pocos los restaurantes de categoría que descuidan este aspecto: malos olores, inodoros percudidos, azulejos sucios, espejos salpicados y puertas marcadas son una constante.
#2. Elementos rotos o en mal estado. Ciertamente, los accesorios y griferías son caros, pero al punto de que uno no pueda tirar la cadena porque está rota… Hay cosas que son impostergables, tiran abajo la imagen del restaurant e inclinan al comensal a no regresar.
#3. Ausencia de jabón, secamanos y papel higiénico. Esto es un pecado sin absolución. ¿Cómo van a faltar el jabón y las toallas de papel, o un secador de manos en correcto funcionamiento? Pero sucede, y mucho. Mejor ni pisar un restaurant o bar que tenga esos faltantes en el baño. Seguro que tampoco hay jaboneras para que el cocinero y sus asistentes no se puedan lavar las manos.
#4. Frío. En ocasiones, por lo general durante los meses de invierno, uno entra a un baño que parece un iglú y piensa dos veces antes de bajarse la pollera o los pantalones. ¿Tanto cuesta calefaccionar un baño?
#5. Sobrepoblación. En algunos establecimientos muy populares, como hamburgueserías o locales ubicados cerca de las estaciones de tren o arterias de tránsito, suele ingresar mucho público no consumidor que pide ingresar al baño. ¿A quién no le sucedió ante una emergencia? El hecho es que, en ocasiones, por mucho que se trabaje en la limpieza del baño, no alcanza. Hay locales que dan la llave en la caja o directamente ponen una cerradura electrónica cuya combinación está con el ticket de la consumición. No es algo generalizado, pero ¿es ético?
¿Qué otra sorpresa te llevaste en los baños de un restaurant?
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