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Limoncello, historia de un bajativo

Un clásico de los bodegones porteños, cuyo origen es discutido por varias localidades del sur de Italia.

Es muy común que, en los bodegones y restaurantes argentinos, sobre todo en aquellos de raigambre itálica, luego del postre se ofrezca a los comensales una copita de limoncello.

El licor bajativo suele venir en una botella escarchada por el hielo, y su origen puede ser tanto casero como industrial. El frío hace que el líquido se espese y, al servirlo, se derrame con parsimonia dentro de la copa en cuestión.

Tan rica bebida tiene un origen y una historia que Cucinare te va a contar.

Se dice que el licor nació a principios de 1900 en un pequeño hospedaje de la isola Azzurra, en la Costa Amalfitana. La señora Maria Antonia Farace cuidaba de su exuberante jardín de limones y naranjas. Pero fue el nieto de la señora el que abrió un bar cerca de la villa de Axel Munte, y su especialidad era un licor de limón hecho con la receta de la vieja abuela.

No obstante, otros dicen que se inventó en el célebre pueblo de Sorrento y se dice que las grandes familias de Sorrento, a principios de la década de 1900, siempre ofrecieron a sus huéspedes ilustres una copa de limoncello elaborado según una receta tradicional.

En Amalfi, hay quienes afirman que el licor tiene orígenes más antiguos y que era consumido por los pescadores y agricultores en la mañana para combatir el frío, ya en la época de la invasión de los sarracenos. Otros dicen que la receta nació dentro de un convento monástico para deleitar a los frailes entre una oración y otra. Esta última teoría tiene más asidero porque era muy común que tanto fermentados comos destilados tuvieran a los conventos como sus centros de producción (y consumo).

La Argentina no es el único lugar donde se consume, y los italianos, para defenderse de las imitaciones, han trabajado sobre la Denominación de Origen del limoncello de Sorrento. Uno de los requisitos que exigen es que el limón sea original de los municipios de la zona desde Vico Equense a Massa Lubrense y la isla de Capri, pero eso no obsta para que se hagan decorosas imitaciones de factura casera. A fin de cuentas, no es la fórmula de la Coca-Cola, ya que los insumos básicos son limón, alcohol, agua y azúcar…

¿Te gusta el limoncello?

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