Durante la década del ’70 estuvieron de moda los Collins y los Fizz, en los ‘80, la era de los yuppies, se tomó mucho whisky, en los ’90 el champagne (si era con pizza mejor) y en el comienzo del nuevo milenio los tragos a base de ron como el mojito y los daiquiris.
Pasado el primer cuarto de siglo, hay una vuelta a los aperitivos que tomaban padres y abuelos.
Los bartenders están empleando aperitivos “de museo”, varios de los cuales salieron del cajón de los recuerdos, con el objeto de emplearlos en la confección de tragos de vanguardia, o en reversiones de cocktails clásicos. ¿Cuáles son algunos de estos productos?
#1. Hesperidina. 100% argentino, a pesar de que fue el invento de desarrollado por un inmigrante estadounidense llamado Melville Bagley, quien luego se convirtiera en un importante fabricante de alimentos. La Hesperidina, elaborada principalmente con las naranjas amargas que sobraban por doquier, tiene un sabor suave y dulce. Bagley también fue un precursor desde el punto de vista industrial. Ante la aparición de productos similares, impulsó la creación de la Oficina Nacional de Patentes, por lo que la Hesperidina recibió la marca registrada número 1 en 1876.
#2. Pineral. Fue una copia local del bitter francés Aperital Delor, que además era un típico tónico y vigorizante del siglo XIX. Fue creación de Achille Pini, que trabajó para su primo Hermenegildo (fundador de Pini Hermanos en 1864), ambos inmigrantes italianos de la zona de Lago di Como que le dieron su apellido al nuevo aperitivo. El producto en cuestión es un vino quinado con el agregado de extracto de hierbas fragantes y sabrosas, más suave que el fernet.
#3. Cynar. No es argentino, pero es como si se hubiese adoptado. El Cynar es un vermú italiano realizado a base de alcauciles pero que conserva su fórmula con hermetismo. Se sabe que lleva 13 hierbas y especias y que su nombre deriva del término latino cynara (alcaucil). Se caracteriza por su sabor amargo de final dulzón y actualmente se emplea en tragos modernos, de reciente creación como el Julep de Cynar, que tan bien elabora Federico Cuco en el Club Verne.
#4. Hierroquina. Otro de los productos resucitados es la Hierroquina, versión actual de la antigua Ferroquina, un tónico hecho a base de citrato de hierro y quinina, además de hierbas, flores y raíces varias. Se trata de un bitter oscuro que supo marcar una época y que admite innumerables combinaciones, ya que se puede tomar solo, con gaseosas, soda, jugos u otras bebidas alcohólicas.
¿Por qué regresaron? Cucinare consultó al experimentado periodista experto en barras Rodolfo Reich, que dijo: “En realidad nunca se fueron. Se vendían millones de litros. Son bebidas muy arraigadas en nuestra cultura, muy fuertes en la década de 1960 y 1970, pero que resucitaron entre los jóvenes, no sólo en la Argentina, sino en el resto del mundo. Además, las empresas hicieron un muy buen manejo de marca, y a eso hay que sumarlo un revival de los vintage, una mirada que valora algunos consumos del pasado. Basta ver el regreso del Old Fashioned y el Martini que se plasma en series como Mad Men”.
¿Te gustan los aperitivos?
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