Con motivo de los 50 Best Latam 2019, Cucinare fue invitada a vivir una experiencia realmente novedosa: una cata de agua.
En otras partes del mundo es un tipo de cata habitual, pero en la Argentina no se suele hacer. Acqua Panna y S. Pellegrino presentaron el ciclo maridaje de aguas y vinos para “descubrir la sutileza y sofisticación de estas delicadas aguas de origen italiano”, realizado en el restaurante Bagatelle Buenos Aires, ubicado en el predio del Hipódromo de Palermo.
Minutos antes del comienzo de la cata, los anfitriones explicaron cómo iba a ser el evento: 4 pasos de comida de primer nivel maridados con vinos y espumantes de la bodega mendocina Kaiken.
Para los primeros dos pasos (vieiras en mandarina y caviar y brie tostado) había dos copas con agua sin gas, una de marca nacional y otra con Acqua Panna. Para hacer bien la cata a ciegas había que probar un bocado del plato, tomar el vino elegido por el sommelier y limpiar la boca con el agua. Luego había que repetir el procedimiento pero tomando de la otra copa de agua.
El tercer paso estaba protagonizado por langostinos trufados en cocción lenta y para cerrar lomo a fuego lento con topinambour asado. A diferencia de los dos primeros pasos, estos de maridaban con agua con gas, en una copa había una marca nacional y en la otra la prestigiosa S. Pellegrino.
La diferencias entre las aguas -con o sin gas- es muy sutil y va en el gusto y las costumbres de cada uno; es muy personal. Pero en la cata había una especialista en el tema, Giulia Demaestri Duque, que realizó una descripción profesional y precisa de cada una de las aguas.
“Acqua Panna es un agua que al primer sorbo tiene un gusto fresco y agradable, es poco ácida y tiene pocas sales minerales, sin por ello dañar su estructura. Es límpida y luminosa, no posee efervescencia ni ningún olor invasivo o desconcertante. Al gusto es ligera como una pluma, agradablemente suave y aterciopelada. Muestra un equilibrio perfecto entre todos sus componentes, mientras que la sensación probada se prolonga agradablemente en la nariz y en la boca durante un apreciable período de tiempo, muestra de su gran calidad”, sostuvo la especialista.
Sobre el agua S. Pellegrino, Giulia describió: “Es brillante, carece de cualquier olor alterado, con un denso perlage de delicadas burbujas en una cantidad razonable. La primera impresión al gusto es la de una frescura tintineante, seguida de una moderada acidez que estimula la salivación, mientras que el alto contenido de sales minerales deja un agradable gusto en todo el paladar, preparándolo para el siguiente bocado. S. Pellegrino tiene una estructura encomiable y deja una sensación persistente y gratificante, a cada sorbo”.
Una cata de agua puede resultar extraño para muchos, pero es algo más profundo que probar a ciegas distintas marcas de agua. ¿Te gustaría participar de una experiencia así?
Nacho Girón apostó por una nueva sede de Ribs al Río en la cancherísima nueva…
Esta entrada tradicional de la parrilla argentina puede tener versiones gourmet con detalles y toppings…
Un Bar Notable de la ciudad que sobrevive con una carta para amantes de los…
El maestro pizzero del popular local nos muestra cómo se hace la variedad que cautiva…
El evento se hace el 30 de noviembre y el 1 de diciembre en el…
Uno de los restaurantes clave del despegue gastronómico de Chacarita amplía sus horarios.