Acaba de salir a la venta uno de los libros más ansiados por los gourmets, porque al igual que Godot, siempre se lo esperó, aunque finalmente vio la luz. Es nada más ni nada menos que Viaje al sabor, el libro de cocina de Patricia Courtois, quizás la persona a la que mejor le cabe el sayo tener una cocina similar a la de la recordada Ada Cóncaro, no tanto por la técnica sino por lo genuino y entrañable de los sabores que logra.
Patricia comenzó con un perfil bajo, preparando catering principalmente para el Ministerio de Relaciones Exteriores (Palacio San Martín); fue una época de trabajo arduo, difícil, donde tuvo alguna gratificación y unos cuantos sinsabores. También llevó a otras alturas la concesión de la Alianza Francesa de Buenos Aires, donde supo tener su bistró que funcionaba al mediodía, uno de los secretos mejor guardados de la ciudad, donde uno podía comer cosas exquisitas a precios acomodados.
En 2017, como diría Mao, dio “el gran salto adelante”, y se consolidó como cocinera peregrina en el Viejo Hotel Ostende, para luego concretar un proyecto en el hotel boutique Río Ancho, en Colonia, Uruguay. Pero su momento llegó con el “Proyecto Iberá” por el cual fue convocada hace tres años por la Conservation Land Trust (CLT) -organización sin fines de lucro, para renovar el concepto gastronómico de la Estancia Rincón del Socorro y su Hostería.
Por su trabajo alzó el primer Prix Baron B Edition Cuisine, donde cual Cenicienta culinaria desbancó a grandes candidatos para quedarse con la presea. “Cocinar me salvó, a muchos nos salva, cocinar me hizo feliz, me hizo conocer mucha gente”, son las palabras que dijo cuando la anunciaron ganadora.
Y, finalmente, para alegría de sus fanáticos, llegó su libro, un compendio estupendamente ilustrado con más de 100 recetas sobre la cocina argentina, que pone en valor platos tradicionales y revela los secretos mejor guardados del país. Ella es una experta en descubrir e interpretar geografías y sabores. Es una cocina casera, con productos reconocibles, sencilla en principio, pero al igual que la virtud, que suele estar en las cosas evidentes, no es tan sencilla de reproducir.
Tiene entradas como su ya famoso chipá so’o, la brandade, lengua de cordero en estache clásico, bouillabaise, sus también célebres alcauciles a la judía con limón, platos principales como los malfatti, tortellini de conejo in brodo, choux farci, hígado a la normanda y ñoquis de castañas, entre otros. Y postes sublimes como el collar de naranjas amargas y los duraznos a la chapa, además de un capítulo sobre pastelería que incluye sus infaltables cannelés.
Está editado por Planeta, tiene 296 páginas, tapa rústica con solapas y cuesta $ 1.499. La fotografía, soberbia, es de Leo Liberman. Se consigue en las mejores librerías.
¿Habías escuchado hablar de esta talentosa cocinera?
Matías McLurg, de madre argentina, quiere imponer el bánh mì en Buenos Aires. Detalles del…
Una propuesta con quesos y fiambres, y otra con humor y tarot, chances distintas para…
La Guía Michelin anunció todas sus novedades en Mendoza. Nicolás Tykocki, cocinero de Ácido, premiado…
Berlina, una de las cervecerías pioneras de la Patagonia, presentó una IPA elaborada para rendir…
El evento se desarrollará el 12 y 13 de abril en el Hipódromo de Palermo…
La localidad bonaerense, ubicada a 100 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, intentará cocinar…