Enfriar una lata de cerveza o una botella de gaseosa en menos de un minuto es un sueño que, de acuerdo con cinco amigos que se conocieron en la universidad, se hizo realidad. Porque ellos son los inventores de Chill it, una máquina que permite enfriar las bebidas en cuestión de segundos.
Exestudiantes del CEMA porteño, los amigos propusieron como ejercicio de desarrollo de negocio en la facultad este invento que, unos años más tarde, pudieron hacer realidad.
“Nos molestaba mucho tomar cerveza caliente y se nos ocurrió enfriar las bebidas rápido. No teníamos idea de nada relacionado a las bebidas, cero física. Estuvimos buscándole la vuelta por 3 años hasta que encontramos un método. En ese momento, nos contactamos con amigos ingenieros”, explica Santiago Schmidt, uno de los inventores.
El sistema no tiene ningún costo adicional, más allá que el eléctrico, y además, consume un 60% menos de energía que una heladera convencional “de un kiosco”. Para lograrlo, la máquina funciona con inteligencia artificial, lo que le permite hacer más eficiente el proceso de enfriamiento, ya que, a través de un modelo matemático, detecta la bebida que se introduce en ella para enfriarla el tiempo necesario.
“Una lata ingresa por ejemplo a la máquina, registra su temperatura de ingreso y a partir de ese valor y el tipo de bebida que la máquina reconoce, le aplica un proceso particular. La devuelve a una temperatura de alrededor de los tres grados, que se recomienda para la mayoría de las bebidas”, cuenta Luciano Cismondi, otro de los inventores.
Los creadores llevaron su invento a Sudáfrica para hacer una prueba real: “A la gente le das una lata caliente, preguntás si la tomarían y te dicen que no, pero 30 segundos después cuando la agarran en torno a los 3 grados se les congela el rostro, no lo pueden creer. Se transforma en un juego de magia, incluso les hacemos firmar las latas para que vean que no se las estamos cambiando”.
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