Dentro del mundo de los vegetales, el ramillete de perejil es tan humilde que hasta hace pocos años atrás el verdulero lo regalaba. Incluso a algún incauto o persona insignificante y de poca importancia se le dice perejil. Pero el nombre perejil en realidad proviene de la palabra griega petroselinon, que significa apio de roca, porque esta planta crece muy bien cerca de las rocas y paredes.
El perejil es originario de la región mediterránea del sur de Europa y se cultiva desde hace más de 2.000 años. Algunos historiadores dan crédito a Carlos el Grande, el Emperador del Sacro Imperio Romano, por popularizar esta hierba ya que la misma ornamentaba buena parte de su propiedad. En la mitología se creía que el perejil era hijo del héroe griego Arquemorus, el precursor de la muerte. Según la leyenda, la planta brotó por primera vez de la sangre de Arquemorus. Este mito hizo que los antiguos griegos sostuvieran que el perejil era sagrado.
Los guerreros alimentaban con hojas de perejil a sus caballos para darles fuerza. Los griegos además de laurel, usaban ramos de perejil para premiar a los atletas vencedores, y también para honrar las tumbas de los muertos, al punto que la expresión “de’eis thai selinon”, “para necesitar solo perejil”, era una expresión eufemística equivalente a “un pie en la tumba”. A lo largo del tiempo se creía que el perejil tenía muchos usos inusuales y mágicos. Por ejemplo, se creía que esta hierba podía llegar a ser malvada y si uno estaba enamorado nunca debía cortar perejil o se arruinaría el amor.
Culinariamente hablando, tiene una aroma ligeramente especiado, con notas de anís y limón; su sabor limpio y fresco es herbáceo, con un ligero toque picante. Los hay de dos tipos: el rizado el de hoja lisa; este último es más oscuro y conserva su sabor aún cuando está cocinado. Conviene desechar aquellos ramilletes que tienen hojas amarillentas, porque están pasados. Conviene guardarlo en bolsas de plástico en la heladera (aguanta unos 5 días), pero también se puede congelar con muy buenos resultados.
Cuenta Agustín Benito, propietario de “Sueño Verde”, que el perejil se trabaja como una hortaliza que se cultiva de forma anual en los cinturones verdes de las ciudades (otoño, invierno, primavera). Se suele producir para secar, y cuando es fresco se vende en las verdulerías, que antes lo regalaban, pero ya no lo regalan más (risas)”, afirma el experto.
Es ideal para agregar sabor a los platos con tomate, papas al horno, pescados, vegetales y huevos. Esta hierba se combina bien con pepinos, legumbres, carne vacuna (es infaltable en cualquier milanesa que se precie de tal), pollo, limón, ajo, champiñones, pimientos y zapallo. Las recetas de algunas sopas, mariscos, carne y aves a menudo llevan perejil en la receta.
¿Sos de usar perejil en tu cocina?
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