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Sopa paraguaya: origen e historia de un clásico de la cocina guaraní

Conocé más sobre este delicioso plato que, por si no lo sabías, no es líquido.

Una de las cosas más maravillosas que ofrece la gastronomía es cuando se producen apropiaciones e intercambios, que si hay mente abierta suelen generar resultados agradablemente sorprendentes, como es el caso de la llamada sopa paraguaya, que no es sopa sino una tarta. Así que maldito sea el chauvinismo, al menos en gastronomía.

Este caso de sincretismo gastronómico se origina en la época de las misiones jesuíticas, cuando los guaraníes preparaban sus tortas y panes de mandioca o de maíz, una suerte de pasta sólida que gracias al aporte de los europeos se enriqueció con nuevos alimentos como leche, huevos y quesos.

Fue así como las comidas con ingredientes de la base gastronómica guaraní (maíz, mandioca, zapallo, batata, etc.) se entremezclaron con ingredientes traídos por los conquistadores y especialmente los jesuitas (carne, leche, quesos, huevos, etc.). Dicha unión dio lugar a comidas que se vienen consumiendo desde la colonia hasta la actualidad.

¿Pero de dónde sale el nombre si no es una sopa? Hay varias teorías, pero la más sólida dice que la cocinera del presidente paraguayo Carlos Antonio López preparó una sopa líquida con mandioca y le salió más espesa de lo normal, pero al gobernante le gustó mucho y se aficionó a ella. Como muchas de las cosas que hace la élite, al tiempo se popularizó entre las demás clases sociales.

Por lo general, se suele comer en las casas, pero hay algunos lugares donde hacer la experiencia gastronómica. Uno de ellos es un restaurant de Lomas del Mirador llamado Tatakua, con capacidad para 60 comensales, donde León elabora su versión de sopa paraguaya a base de harina de maíz, cebolla, queso Mar del Plata, queso fresco y huevos.

Por su parte, Agustín Espínola, cocinero del Club Atlético Deportivo Paraguayo, afirma que “la clave es que la harina empleada sea fresca y que la torta sopa quede esponjosa”. Luego continúa diciendo que “por cada kilo de harina de maíz hace falta medio de cebolla, sino se seca, y que el queso Mar del Plata es demasiado caro. También aconsejo usar manteca o, en su defecto, aceite de girasol”. Además, aconseja enfriarla antes de cortarla, y servirla tibia.

¿Alguna vez probaste sopa paraguaya?

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