Atentos los bibliófilos gastronómicos, que hay una gran noticia: Tusquets acaba de publicar un nuevo ejemplar de su colección de Los 5 Sentidos, llamado La perfecta cocinera argentina. Pero lo mejor es que este es sólo uno de varios libros por venir que harán referencia a la cocina nacional, ya que es el principio de una colaboración entre la editorial y ACELGA (Asociación de Cocineros y Empresarios Argentinos Ligados a la Gastronomía Argentina), que sin duda verá nuevos títulos en el corto plazo.
Se trata de una reedición histórica sin modificaciones del libro escrito por Teófila Benavento, seudónimo que empleó Susana Torres Castex, dama de la aristocracia porteña, socialité (o mejor dicho salonnière), perteneciente a las familias patricias, amiga de presidentes, mujer que cumplía el rol que su nacimiento le tenía reservado, aunque acreedora de rasgos excéntricos para la época, ya que gustaba de jugar al billar, era entendida en materia de boxeo y contaba chistes subidos de tono, cosas que en aquel entonces estaban reservadas a los hombres.
Esta mujer vivió el auge de la Argentina de la Generación del ‘80, cosa que se expresa muy bien en el trabajo preliminar del libro, realizado por la investigadora Carina Perticone. Era una argentina cuya elite estaba claramente afrancesada en sus gustos, pero que no renegaba de la herencia hispanocriolla. Era la época en que las grandes familias tenían cocineros franceses, o al menos mandaba a su personal a aprender este oficio a lo de un profesional galo. Pero a Susana Torres Castex, que disponía de servicio doméstico, le gustaba cocinar, una rareza entre las señoritas de su tiempo.
Esta obra fue el primer libro (no recetario ni almanaque) de cocina, escrito en el país, y la autora lo realizó a los 19 años. La edición más antigua que se conoce es del año 1888; en ese entonces no había sido publicada todavía la Cocina ecléctica, de Juana Manuela Gorriti. Y si bien la autora no tenía mayor empacho es ser iconoclasta de las puertas para adentro, escribió su trabajo con el seudónimo bajo el nombre de la que fuera una de sus primeras cocineras.
Cuenta Rodolfo Reich, coordinador del flamante libro, que esta reedición es una auténtica radiografía de la gastronomía de su época, ya que refleja el sincretismo que había, que incluía recetas de corte hispano, influencia francesa, la ascendente presencia de los italianos en el país (de la que muchos locales abominaban) y los elementos criollos. Es un libro que va más allá de un recetario ya que está destinado a entender, a reflexionar sobre la manera de comer de una clase y de su tiempo.
A título de ejemplo, algunas de las recetas son locro, huevos a la cazadora (de las 413 recetas que ofrece, 250 tienen huevos, un producto casi suntuario en aquel entonces), morcilla de pavo o gallina, matambre, perdices guisadas, humita con leche, budín de banana y alfajores a la Prudencio.
La obra tiene 144 páginas, tapa rústica, fue editada en 2020 y tiene un costo de $ 750. Se consigue en las principales librerías.
¿Habías oído hablar de la autora?
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Los declaró ilegales porque los productos no pueden ser identificados como elaborados en lugares habilitados.