A veces las necesidades bélicas arrojan resultados insospechados. Nada más cierto que la carencia aguza el ingenio; es así cómo nacieron varios alimentos de reemplazo, como el azúcar elaborado a partir de la remolacha o la famosas gaseosa Fanta. Pero la golosa e inocente Nutella también surgió a raíz de un conflicto militar, concretamente de la Segunda Guerra Mundial.
La pasta de avellanas y cacao, precursora del producto en cuestión, nació en el Piamonte en 1806. Su creación se atribuye a los pasteleros turineses que sustituyeron parte del cacao por la más barata pasta de avellana de Langhe: el bloqueo económico ordenado por Napoleón a los productos de manufactura británica, y que permaneció en vigor hasta 1813, había provocado una gran escasez de cacao en el Reino de Cerdeña y Córcega.
Algo similar sucedió en 1946. Una vez terminada la guerra, Europa quedó en muy malas condiciones socioeconómicas, exhausta luego de seis años de luchas. Italia fue uno de los países más sufridos, y resultaba muy difícil proveerse de materias primas, en especial si eran importadas. El cacao, importado de América, era uno de los artículos suntuarios que quedaron fuera del alcance de la gran mayoría de la población, máxime cuando se lo gravó con un impuesto especial.
Un pastelero piamontés llamado Pietro Ferrero aprovechó la oportunidad para crear un dulce atractivo, pero donde no tuviera que usar en demasía el inaccesible cacao. Así fue cómo, a partir de la pasta de avellanas y cacao, creó una barra de chocolate rellena de avellanas llamada Giandujot, que toma su nombre del término Gianduja, personaje de marioneta y carnaval que representa al piamontés arquetípico. Esta barra reducía sensiblemente la cantidad de cacao, barra que después mutó a una pasta hecha con el cacao, avellanas y azúcar (similar a la Gianduja pero con otras proporciones), a la que llamó Nutella, introducida por su hijo Michelle Ferrero al mercado en 1965.
En poco tiempo, la empresa se expandió fuera de su terruño y comenzó con la conquista del mercado europeo y luego el de ultramar. La primera planta de producción de Nutella fuera de Europa se abrió en Lithgow, cerca de Sidney, y para celebrar sus 30 años en Francia la empresa organizó en París un evento llamado “Generación Nutella“, en el pintoresco entorno del Carrusel del Louvre. Fu una exposición de obras de arte creadas entre 1966 y 1996 por artistas de 30 años que crecieron desayunando el producto. Esta exposición reunió nombres del mundo del arte tales como Decouflé, Paco Rabanne o Wolinski.
Lo interesante es que la Nutella no sólo se come con pan, sino que forma parte de los ingredientes clásicos de pastelería y se usa incluso en pizzas para niños.
¿Te gusta la Nutella?
Este plato puede tener buenas versiones con este tipo de carnes más económicas.
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