Hacer comida desde cero es casi siempre la opción más saludable, y una de las formas más accesibles para debutar en esta liga es conseguir una yogurtera.
Sobre todo con esta pandemia que, por un lado, dispuso que la gente tenga más tiempo intramuros y en muchos casos se vea obligada a cuidar sus dineros. Porque dentro de los que son los electrodomésticos las yogurteras son relativamente accesibles y no requieren de esfuerzo ya que la producción es básicamente pasiva.
La idea de hacer yogur en casa merece un cuidadoso análisis porque, la verdad sea dicha, los yogures industriales no cuentan con la mejor calidad y pesan en el costo final de la canasta familiar. Además, hacerlo en casa es algo realmente sencillo.
No tiene sentido para esta nota entrar en cuestiones químicas relacionadas con el proceso de la transformación de la leche en yogur, pero baste decir que se trata de un proceso de cuajado controlado donde la lactosa se transforma en ácido láctico, gracias al trabajo de las bacterias.
La máquina es bastante sencilla, al igual que la receta. Suelen venir con siete o doce frascos, dependiendo del modelo, pero todo el mundo sabe que uno se queda corto ya que el yogur es algo que se consume rápidamente, más aún si uno tiene una familia numerosa.
Existe una infinidad de recetas y variantes, pero básicamente hay que calentar la leche en una olla o bowl a una temperatura que ronde entre los 50° o 60°. El siguiente paso es la fermentación, por lo que hay que agregarle los llamados “cultivos activos”, que pueden venir de un yogur anterior o de uno nuevo (es recomendable comprar una buena marca artesanal, que se venden en dietéticas). Algunos le agregan dos o tres cucharadas de leche en polvo para darle mayor firmeza al producto y, en ocasiones, azúcar. Finalmente se mezcla todo con un batidor y se vuelca en los frasquitos.
Es frecuente que a los chicos inicialmente no les guste la acidez y el sabor neutro del yogur original, por eso, además de endulzarlo, se le puede agregar a los frascos fruta de estación trozada o alguna esencia.
Muchas yogurteras carecen de temporizador, por eso hay que estar atento al reloj. El proceso dura unas 6 horas en caso de que uno quiera un yogur más fino y unas 8 horas si se busca algo más espeso. Luego, si no lo hace automáticamente, se apaga la yogurtera de forma manual, se deja descansar el producto una media hora, se cierran los frascos y se llevan a la heladera. Hay modelos que pueden cambiar al modo de enfriamiento, pero también son los más costosos.
Otras preguntas que suelen hacerse son qué tipo de leche hay que usar para hacer yogur. La verdad es que puede emplearse cualquier tipo de leche, pero si se quiere un producto final más grueso, es mejor usar leche entera. Otro tema es la duración del producto porque, a diferencia del yogur comprado en el súper, que puede durar una cantidad considerable de tiempo gracias al sellado y los aditivos, al yogur casero conviene comerlo dentro de los dos o tres días después de haberlo hecho.
¿Alguna vez hiciste yogur?
Este plato puede tener buenas versiones con este tipo de carnes más económicas.
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