Se dio a conocer la versión 2020 de The World’s 50 Best Bars, en una ceremonia realizada online que premió a bares de 23 países, con 11 nuevos rankeados.
Y así como la Argentina empalidece en muchos rubros, también se destaca en otros. Este último es el caso de la coctelería, que en la elección supo tener a dos representantes dentro de los 50 mejores bares del mundo.
Florería Atlántico, por ejemplo, no solo fue recientemente galardonada por tener al mejor bartender del mundo (Renato Tato Giovannoni), sino que acaba de ser rankeada en séptimo lugar entre las mejores barras del mundo según este prestigioso conteo.
Es una historia curiosa la de este bar subterráneo de la calle Arroyo, lindero a lo que supo ser la discoteca Mau Mau, casi al frente de la torre Mihanovich, referente del “codo aristrocrático de Buenos Aires”, tal como Eduardo Mallea denominaba a la elegante calle.
La Florería triunfó donde otros fracasaron, porque previamente en ese lugar estuvieron El Galeón, Saló y L’Abeille (de los hermanos Waisman), tres bares que arrancaron de forma auspiciosa pero que, en el corto plazo, terminaron cerrando sus puertas.
No fue el caso del emprendimiento de Tato, que en su planta baja vende sendos bouquets y macizos de flores, pero escaleras abajo esconde un estrecho y singular bar, al estilo de los speakeasy, con una excelente oferta en materia de tragos. También cuenta con una breve pero lograda carta, que saca muy buenos platos de grill.
El séptimo lugar, además, consagra al bar como el mejor de Sudamérica y, a pesar de que la pandemia afectó su funcionamiento, sobre la vereda hay mesas servidas desde su “primo hermano”, el Brasero Atlántico. También hay un carrito donde se preparan cocktails a base de gin Príncipe de los Apóstoles, producto creado por Giovannoni.
El otro bar argentino que ingresó al prestigioso ránking es Presidente Bar en el puesto 50. El Presidente, ubicado sobre la calle Quintana, casi esquina Montevideo, Recoleta, está dentro de un hôtel particulier, edificio de estilo neoclásico francés, atmósfera oscura cuyo principal activo es una larga barra escenográfica, coronada por cuatro estupendas arañas munidas con caireles, retroiluminada sobre un espejo, y un pequeño salón atrás de la biblioteca, sumamente elegante.
El factótum de la casa es Sebastián García, prestigioso bartender que hizo sus primeras armas en el Claridge y posicionó a Niki Harrison como un excelente bar. Es norma verlo atrás de la barra, siempre atildado con un estilo retro, realizando el mejor roll de Buenos Aires. De sus manos salen brillantes Negronis, Old Fashioned y Martinis, además de tragos de factura propia. La cocina está a cargo de Martín Ávalos, que hace ricos y cuidados platos que acompañan la carta de cocktails.
Sorpresivamente, en tiempos de pandemia, Presidente Bar ocupó buena parte de la vereda de Quintana, creando una suerte de cuadro agradable y estético con sus sillas macizas tapizadas en cuero, como si siempre hubieran sido parte del mobiliario urbano, algo que seguramente sabrán agradecer los vecinos, ya que este avance sobre el espacio público, con los discretos comensales hablando pausadamente, le da a la calle una dimensión más humana.
¿Tuviste la oportunidad de ir a alguno de estos bares?
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