En la cocina hay utensilios básicos, como cuchillos, coladores, sartenes y bowls, sin los cuales una cocina no puede llamarse como tal. Pero existen otros que, sin estar en la primera línea, son indispensables para cocinar como se debe. Y uno de ellos es la licuadora.
El antecedente remoto de este maravilloso artilugio fue Stephen Poplawski, propietario de Stevens Electric Company, en Racine, Wisconsin, en el año 1922. Su objetivo era mezclar bebidas como malteadas y batidos de leche, que tan populares son en los Estados Unidos. El emprendedor tuvo la idea de poner una cuchilla giratoria en el fondo de una vasija, que a su vez estaba conectada a un motor. Poplawski finalmente la patentó en 1932, como una máquina destinada a reducir frutas y verduras a líquido.
Vale afirmar que la licuadora no hubiera existido sin la invención del pequeño motor eléctrico en 1910. El nuevo motor, que se conocía como motor de potencia fraccionada, hizo posible la invención de muchos aparatos, incluida la licuadora.
El artefacto es sencillo: generalmente cuenta con un recipiente de vidrio, plástico o acero, y una cuchilla en la parte inferior capaz de contener de 4 a 8 tazas de líquido. Hubo muchas versiones y marcas a lo largo de los años, pero una de las más populares fue la llamada Waring Blendor, la madre de las licuadoras.
Fred Waring, un exestudiante de Arquitectura e Ingeniería de Penn State, siempre estuvo fascinado por los dispositivos. Primero alcanzó la fama al frente de una big band, pero la licuadora hizo de Waring un nombre verdaderamente conocido.
Sin embargo, fue un tal Fred Osius quien, en 1933, inventó esta versión y la patentó. Osius sabía que Waring tenía afición por los nuevos inventos, pero necesitaba fondos para hacer mejoras en su licuadora. Tras hablar en el camarín con Fred Waring después de una transmisión de radio en vivo en el Vanderbilt Theatre de Nueva York, Osius presentó su idea y recibió una promesa de Waring de respaldar más investigaciones.
Seis meses y u$s 25.000 después, la licuadora aún sufría dificultades técnicas. Sin desanimarse, Waring abandonó a Fred Osius y rediseñó la licuadora. En 1937, la licuadora Miracle Mixer, propiedad de Waring, se presentó al público en el National Restaurant Show en Chicago a un precio de u$s 29,75. En 1938, Fred Waring cambió el nombre de Miracle Mixer Corporation a Waring Corporation, y la licuadora se cambió a Waring Blendor, cuya ortografía finalmente se cambió a Blender.
Fred Waring realizó una campaña de marketing unipersonal que comenzó con los hoteles y restaurants que visitó mientras estaba de gira con su banda. Tiempo después se extendió a negocios exclusivos como Bloomingdale’s y B. Altman’s.
Finalmente, Waring Blender se convirtió en una herramienta importante en los hospitales para la implementación de dietas específicas, así como en un dispositivo de investigación científica vital. El doctor Jonas Salk lo usó mientras desarrollaba la vacuna contra la polio. En 1954, se vendió la millonésima Waring Blender, y hoy sigue siendo muy popular en los Estados Unidos.
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