Martín Avalle, coordinador del servicio de emergencias del SAME (Sistema de Atención Médica de Emergencia) en la ciudad bonaerense de Mercedes salvó la vida de una mujer que se atragantó comiendo una hamburguesa en un restaurant de esa localidad bonaerense.
“Lo mandó Dios”, agradeció la víctima, luego de que el médico, que se encontraba comiendo en una mesa vecina del establecimiento Vruta Gula detectó que la mujer se había puesto de pie haciendo el clásico gesto de atoramiento con las manos en el cuello.
“Le pregunté si podía hablar porque si te contesta te quedás más tranquilo”, explicó Avalle, pero como la respuesta fue negativa, el facultativo le practicó la maniobra de Heimlich, que implica ubicarse detrás de la persona para colocarle las manos por encima del ombligo y realizar movimientos hacia arriba para que el diafragma empuje el aire residual de los pulmones y expulse el trozo de hamburguesa que se había atorado.
“Este tipo de ahogamiento es más común de lo que la gente piensa. Son unos segundos, la persona se queda sin oxígeno, se desploma y puede perder la vida”, advirtió Avalle, quien además recomendó realizar un curso sobre la maniobra de Heimlich para mozos y encargados de restaurants. “Es una técnica simple de aprender pero para animarse a hacerla hay que conocerla”, indicó.
Este plato puede tener buenas versiones con este tipo de carnes más económicas.
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