Una de las ventajas que tiene Buenos Aires frente a otras capitales del mundo es que su clima benévolo permite aprovechar los espacios al aire libre durante una buena parte del año. Por ejemplo, esto sería algo impensado en una ciudad como Helsinki, en Finlandia.
Aun así, las medias térmicas porteñas, que para mucha gente del Hemisferio Norte serían temperaturas idílicas, resultan incómodas para buena parte de los habitantes de la ciudad. Para tener una idea más acabada del tema, los promedios rondan entre los 22°C / 15°C durante el mes de abril, 19°C / 12°C en mayo, 16°C / 9°C en junio, 15° / 8°C/6°C días en julio, 17°C / 10°C en agosto, y 18°C / 11°C durante el mes de septiembre.
El hecho es que, durante esos cuatro meses, la ya afectada actividad gastronómica por el embate del Covid-19 puede llegar a sufrir aún más, porque buena parte de la clientela renegará de las mesas al aire libre, y la capacidad de aforo en el interior de los restaurants está limitada a un 30% del salón.
“Ahora estamos trabajando con las autoridades para ver qué tipo de protección podemos agregar y cómo podemos poner calefacción en los espacios para seguir atendiendo, con las mismas condiciones de higiene y distanciamiento social”, dijo al diario Clarín Ariel Amoroso, presidente de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés (AHRCC).
Los empresarios gastronómicos piden que les permitan ampliar el aforo de los salones. De hecho, Amoroso solicitó que “nos dejen trabajar con un 50% del aforo. Ya demostramos que cumplimos con las normas y estamos capacitados para pasar a la siguiente etapa con todos los cuidados. Somos los más interesados en cumplir las normas para poder trabajar mejor”.
Por su parte, desde la organización Sillas al Revés afirman que “entendemos que los controles, las ampliaciones graduales de aforo y espacio exterior son necesarios para un trabajo ordenado. Trabajamos siempre preservando la salud de trabajadores y clientes. Asimismo, manifestamos la situación crítica que atravesamos como sector, que requiere la inmediata activación de medidas compensatorias de emergencia y activar las líneas de trabajo durante 2021”.
“Las realidades en cada provincia son muy diferentes y cada jurisdicción tiene sus disposiciones. No son lo mismo Salta y Jujuy, que fueron los primeros en abrir su gastronomía, que, por ejemplo, Formosa”, afirma Juan Chiban, tesorero de FEHGRA (Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina). Con una visión más federal, Chiban dice que “aun así, todos estamos en línea para conseguir un aforo del 50% y ver de qué forma seguimos trabajando con los espacios al aire libre”.
Y finalmente agrega: “Con esta diversidad, no sabemos qué va a pasar cuando llegue el frío. Personalmente, creo que va a ser muy difícil realizar un cierre total otra vez. Pero tenemos que encontrar la forma de trabajar respetando los protocolos sanitarios, y que tanto clientes como el personal se sientan seguros concurriendo a los locales gastronómicos”.
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