Mucho se ha escrito acerca del gin, con una historia rancia y repleta de blasones, cuyo antecedente remoto se encuentra en los Países Bajos pero que vio la luz en Inglaterra.
El punto es que hoy es una bebida de clase mundial, que se consume en todo el mundo. Pero lo interesante del caso es que la Argentina, que siempre tuvo gustos anglófilos en materia de espirituosas, está pasando de importar gin a crear sus propias versiones, con mucho éxito, por cierto.
De hecho, en el último certamen de la International Wine and Spirits Competition (IWSC), una de las competencias más prestigiosas del rubro, en cuya última edición participaron 86 países productores de destilados y 80 expertos de la industria, que cataron más de 1.000 muestras de gins de todo el mundo, la Argentina dio el batacazo.
“Hace 15 años atrás los gin nacionales eran gin de precio, de baja calidad. El primero que pateó el tablero fue Tato Giovanonni, con su Príncipe de los Apóstoles. Hace cuatro años empezó una nueva generación que produjo ejemplares como Restinga, Sur Gin y los hermanos Moretti con Buenos Aires Gin. Y en los últimos dos años, paradójicamente impulsados por la pandemia, fueron saliendo a razón de un gin por semana. ¡Hoy existen alrededor de 300 etiquetas de gin nacional!”, cuenta Alejo Berraz Schang, creador de Club del Gin.
Y agrega: “El espaldarazo en el consumo de la promoción y difusión a nivel internacional fue dado por estos recientes premios, que nos puso en ojo de la industria mundial, al punto que estamos empezando a ser exportadores de gin, tal como son Alemania e Inglaterra. Los gins argentinos premiados figuraron en la primera categoría, tres marcas entre 9 gins, con 98 puntos cada uno, una verdadera hazaña, algo impensado. Somos el país con más preseas: tres de nueve (un taiwanés, un escocés, 2 ingleses, un japonés, un australiano, un irlandés, un italiano y 3 argentinos) … ¡Una locura!”
Los vencedores, porque merecen ser mencionados, fueron: Alma Gin (elaborado en Buenos Aires), Runa Arándanos Gin (se produce en Avellaneda), y Andes Gin (oriundo de Los Molles, Mendoza).
Finalmente, Berraz Schang concluye: “Esto recién empieza; es una ola de producción nacional de alta calidad, que vino para quedarse. Para tomar un rico gin, ya no tenés que tomarte un importado. Podés recurrir a un excelente gin nacional que nada tiene que envidiarle a los mejores del mundo, y a un valor sustancialmente menor”.
En pocos días anunciaremos todos los nominados, con los mejores representantes de la gastronomía argentina.
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