A medida que se empieza a vislumbrar el final de la pandemia de coronavirus, también se van conociendo los costos ocultos de la crisis sanitaria y económica. En el sector gastronómico, es bien sabido la cantidad de bares, restaurants, pizzerías, cafeterías y heladerías que tuvieron que cerrar definitivamente, primero por la cuarentena de 2020, y luego por la falta de reactivación de la economía y de subsidios estatales en 2021.
Pero lo que no se conoce tanto es cómo afectó a los vendedores ambulantes, quienes trabajan en negro y siempre resulta más difícil cuantificar.
En el caso de la venta de choripanes, Gustavo Lazzari, gerente general de Frigorífico Cárdenas, y vicepresidente la Cámara Argentina de la Industria de Chacinados y Afines (Caicha), brindó algunos números como para tener una idea de la magnitud de la debacle comercial en su rubro.
El empresario estima que se vendieron 1,2 millones de choripanes menos desde que comenzó la pandemia por la falta de público en las canchas de fútbol. En términos de facturación, esto representa 40 millones de pesos que se dejaron de cobrar por la comercialización del gran sándwich nacional, elegido entre los 5 mejores del mundo según el ránking The Taste Atlas.
Con las salvedades del caso, porque es una estimación poco formal, Lazzari calculó la falta de hinchas en dos torneos sin público, lo que representa 1.221.480 chorizos menos que se vendieron.
Y, a $ 325 el kilo de chorizos, la cuenta da que se perdieron al menos $ 39.405.000 en ventas para los mayoristas.
Los chefs son además pareja y darán clases abiertas del 22 al 26 de abril.
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