A diferencia de lo que sucede en Europa, el café take away o al paso es una costumbre estadounidense.
Los elegantes cafés parisinos o turineses, donde la gente hace un paréntesis para conversar o simplemente descansar, nada tienen que ver con la filosofía del café en movimiento.
El profesional apurado, que va rumbo al trabajo, suele repostar su dosis matinal de cafeína casi sin detenerse.
Esta costumbre tiene sus antecedentes remotos en 1907, cuando un abogado de Massachusetts llamado Lawrence Luellen, inventó el primer vaso descartable.
En 1952, la Oficina Panamericana del Café acuñó el término “pausa para el café”.
Esta práctica se oficializó primero en las plantas de defensa durante la guerra, cuando los trabajadores cansados tomaban un descanso y una dosis de cafeína para superar sus largas jornadas laborales.
Durante muchas décadas, y cada vez más, el café al paso representa ciertos valores e incluso un estatus: quienes lo consumen suelen ser personas ocupadas, dinámicas, productivas, modernas y activas.
En Buenos Aires, la tendencia fue creciendo y en los últimos tiempos cada vez ofrece más propuestas de calidad. Algunos de los más populares son:
#. Cafecito Tiny Coffee Shop. Tres sucursales en Buenos Aires y está por expandirse a Miami.
El concepto de negocio aprovecha espacios pequeños donde con una pequeña máquina y un barista experimentado ofrecen café de especialidad.
Además, venden café para moler, molido y utensilios cafeteros para llevarse a casa.
Quesada 1515, Belgrano; Gurruchaga 1630, Palermo; Suipacha 1127, Retiro.
#. Morro Café. En materia de gastronomía, el Pasaje Echeverría es el lugar del momento.
Entre su variada oferta se encuentra una simpática ventana en la cual se pueden disfrutar especialidades que van desde el clásico ristretto hasta el Chocomorro, amén de las versiones frías y la omnipresente leche vegetal, que es el furor de la casa.
El proyecto es obra del DJ Diego Chamorro, que ofrece café de Fuego Tostadores y panadería de Violeta Sigal.
Un dato clave: sirven la torta de ricota de Gino, célebre panadería de Juan B. Justo al 5100.
Pasaje Echeverría 1677, local 4, Belgrano.
#. Sippin Café. Es una simpática ventanita para hacerse de un rico café de especialidad.
Ofrecen ristretto, doppio, latte, moccha, cold brew, flat & white, extra bitters y otros métodos de filtrado. Vale la pena hacer la experiencia.
Moldes 2293, Belgrano.
#. Fetiche Libros. No existe mejor alianza que los libros y el café. Aquí se puede tomar un café por la ventana, y si a uno le sobra tiempo, se puede recorrer esta exquisita librería, con títulos poco ortodoxos. Emplean café de Puerto Blest y como novedad, preparan un Expresso & Tonic, una expresso con una medida de agua tónica.
Thames 744, Villa Crespo.
#. Bar Social y Café Al Paso. Otra de las ventanillas de café más,populares de la ciudad, creada por Matías Apanacik en 2018.
Además de café de especialidad, ofrecen buena pastelería.
Av. Montes de Oca 695, Barracas.
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