Causó impacto la cuarta edición del Prix Baron B de la Cuisine. Es un evento de alto perfil que lleva el nombre del barón Bertand de Ladoucette y busca reconocer los mejores proyectos gastronómicos del país, con el acento puesto en aquellos dedicados a transformar su entorno y a impulsar la gastronomía argentina.
En esta ocasión, el vencedor fue Jorge Monopoli, con su proyecto Kalma Restó, en Ushuaia, Tierra del Fuego. Monopoli fue elegido como el proyecto ganador por Mauro Colagreco, Leonor Espinosa, Paz Levinson, y Martín Molteni, jurados de la cuarta edición.
Alejandra Repetto, con El Alambique de El Calafate, y Fernando Rivarola, con El Baqueano de Salta, fueron los otros proyectos finalistas.
Kalma Restó es un pequeño y exclusivo restaurante que se convirtió en un referente de la zona con una propuesta gastronómica que se basa en la utilización y aprovechamiento de las materias primas que el entorno le ofrece durante las diferentes estaciones del año.
La final que reunió a gran cantidad de invitados se realizó en el restaurante Elena, ubicado en el corazón del Hotel Four Seasons Buenos Aires, y fue el reflejo de la diversidad que tiene la cocina de nuestro país mostrando proyectos gastronómicos de zonas tan diferentes como el norte argentino y la Patagonia con productos autóctonos de sus regiones como la llama, el guanaco y la centolla.
Monopoli nació en Villa Regina, en el Alto Valle de Río Negro, y llegó a Ushuaia hace 15 años, después de hacer una experiencia en España, para sumarse como chef ejecutivo de un hotel y dos años más tarde abrió Kalma Restó.
Su pequeño restaurante -tiene únicamente 24 sillas- se convirtió en un referente de la zona con una propuesta que utiliza únicamente lo que necesita y respetando el ecosistema, marcando tendencia dentro de la gastronomía local.
El plato que eligió para representar su proyecto fue centolla del fuego, gazpacho de zanahorias, ajo negro, kale y cassis maridado con Baron B Extra Brut.
El cocinero encontró una relación entre cada uno de los microclimas que hay en la zona y su cocina, que fue mutando hasta llegar a ser una cocina de entorno.
Luego de trabajar con pescadores artesanales, recolectores y una huerta orgánica ubicada cerca de Río Grande, logró llevar el espíritu de Tierra del Fuego a la mesa.
El vencedor fue premiado con un corcho bañado en oro tallado por el orfebre argentino, Juan Carlos Pallarols y un viaje a Francia para poder realizar una pasantía en Mirazur de la mano de Mauro Colagreco.
Además, recibió un premio de $ 500.000. Por otro lado, los otros dos proyectos finalistas obtuvieron un corcho bañado en plata, también realizado por Pallarols y un premio de $ 300.000 cada uno.
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