Un principio de antropología dice que lo gratuito o abundante rara vez es apreciado. En cambio, lo pequeño, raro o escaso suele ser valorado.
Esto tiene que ver con una tendencia a nivel mundial, los llamados mini cocktails, todo un hábito en algunas de las principales barras del mundo.
Estos cocktails pequeños, que sólo se diferencian de los demás por su tamaño, surgieron en 2012 en Tokio, en el bar de Gen Yamamoto, uno de los primeros en adoptar la idea. Las libaciones liliputinenses suelen llevar menos de la mitad de contenido que un trago normal.
Las ventajas son muchas, empezando por el precio. Menos ingredientes y menor cantidad implican una baja en los costos.
Le preguntamos acerca del tema a referentes locales, para que compartan su opinión. Luis Morandi, de BASA, Gran Bar Danzón y Oh, No, Lulu!, dice que “si es una cortesía, a mí nunca me gustó. Y si es para vender más tragos, en medidas chicas…no es ni fú ni fá”.
“Esto tiene que ver con el consumo responsable”, afirma Federico Cuco, factótum del Verne Cocktail Club. “En Inglaterra no podés servir esas copas de 600 o 750 ml porque es ilegal. Se está haciendo mucho enfoque en el consumo responsable. Entonces, emplear vasos y copas de 100 ml, para ofrecer 90 ml de Bloody Mary o Daiquiri, son una buena opción de acompañamiento”, agrega Cuco.
Finalmente, el bartender dice que “son las reglas del juego; además, deben dejar un buen margen. Un medio Martini o un medio Negroni, ayudan”.
Por otro lado, tragos más pequeños ayudan a que los consumidores se animen a probar otras cosas. En el exterior, los bares ofrecen cada vez más a la gente lo que quiere: miniservicios a precios mini.
Por ejemplo, el director del Cadogan Arms, célebre bar londinense, dijo: “Esto significa que los clientes puedan probar muchos cócteles diferentes y pueden experimentar más. El bar espera ayudarlos a probar más estilos de bebidas mixtas sin gastar mucho dinero, y sin alterar su capacidad para funcionar al día siguiente”.
Por otro lado, los cócteles pequeños permiten a los cantineros mostrar sus habilidades para mezclar a los clientes que normalmente sólo pueden pedir una o dos bebidas. Los bebedores indecisos pueden probar más del menú y los conductores designados pueden tomar un sorbo mientras se mantienen sobrios.
Este plato puede tener buenas versiones con este tipo de carnes más económicas.
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