Vinos y whiskies en clave hebrea
Ambos productos, oriundos de Israel, se consiguen en la Argentina.
Si uno piensa que en Galilea sólo crece el mítico Shiraz bíblico, está equivocado. Porque el terruño israelí, si bien no es de los más conocidos, está dando sorpresas, tanto en el rubro vitivinícola como en las bebidas espirituosas.
Porque si bien el vino se produce en Israel desde los tiempos del rey David, la vitivinicultura israelí está viviendo un momento de auge a nivel mundial con un aumento importante en su producción y exportación.
El país hebreo tiene sus antecedentes remotos en la materia gracias al aporte de Edmond de Rothschild, quién se encargó de desarrollar vides en los asentamientos que fundó alrededor del Monte Carmelo.
Pero la moderna industria del vino tiene apenas 30 años, y en ese poco tiempo logró desarrollar vinos de calidad que hoy son consumidos en muchas ciudades del mundo.
“Israel produce vinos premium que hoy están muy de moda. Nosotros comenzamos a importarlos desde hace 3 años y son muy bien recibidos. Para los amantes del vino siempre es interesante poder probar productos provenientes de diferentes latitudes como es el caso de la producción israelí que cuenta con una diversidad de suelos, climas y hasta de tecnología”, cuenta Daniel Rodin, presidente Pura Caña S.A, quienes importan vinos israelíes de las bodegas Teperberg, Barkan, Binyamina y Golán que pueden conseguirse de manera directa a través de sus redes sociales.
Y agrega: “Desde el sur del país que es desértico, hasta el norte que es más frío, de montaña. Además, hay uvas autóctonas, que no se consiguen en Argentina como la Dabouki, de la cual resulta un vino blanco con un sabor típico israelí”.
Whisky también
Por otro lado, la historia de la producción de whisky en Israel es aún más reciente y surge del espíritu característico de la denominada start-up nation, donde los desafíos nunca son un impedimento.
En este caso, producir whisky en las condiciones climáticas israelíes parecía una tarea imposible. Sin embargo, el empresario tecnológico y aficionado al whisky irlandés, Gal Kalkstein decidió a encarar el proyecto, y en 2012 armó la primera destilería de whisky israelí en Tel Aviv; su objetivo era crear un producto de alto nivel y de escala global.
Así fue cómo lanzó al mercado The Milk & Honey Destillery, un whisky elaborado a base de 100% malta de cebada, y que cuenta con un proceso de destilación artesanal discontinuo en alambiques de cobre.
Kalkstein dijo que “para la destilería, uno de los desafíos más grandes era el añejamiento porque es un proceso largo de 10 o 12 que se realiza en barricas de roble en Irlanda o Escocia, mientras que en Israel por el clima ese proceso no soportaba un estadio tan prolongado”.
También contó que tuvieron que estudiarlo desde la química, en el laboratorio y adaptar todo ese proceso al clima seco y caluroso. Recién en 2020 lanzaron el primer producto al mercado.
Yoel Guldin, del equipo de Tibex, encargado de importar diferentes variedades, afirmó que “la principal diferencia que un consumidor va a encontrar en este whisky es que se trata de un producto con mucho más cuerpo y sabores más intensos. Y a diferencia del whisky escocés, al realizar el añejamiento más rápido, se obtiene un perfil muy singular. Es un desafío al paladar, es algo nuevo, distinto. Hay versiones añejadas en barricas de vino tinto, otras en barricas ahumadas y otras en barricas de jerez”.
¿Dónde se puede encontrar el whisky Milk & Honey? En el Museo del Whisky, y en su shop online.
Author: Cucinare
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