De dónde vienen los productos vegetales que llegan a nuestra mesa
Las dietas cada vez incorporan mayor cantidad de alimentos a base de plantas, pero ¿sabemos de dónde vienen los vegetales que utilizan?
El mundo está avanzando hacia una alimentación cada vez más consciente, esto incluye una dieta balanceada y natural para las personas pero también la selección de productos que sean fabricados en sintonía con el cuidado del medio ambiente.
Por eso, alimentos plant-based y de origen sustentable son cada vez más elegidos por las familias y hacia ello también avanzan las marcas encargadas de llevar esos productos a las mesas.
Una muestra de estos nuevos procesos se pudo ver en el Open Kitchen de Knorr. La marca, que es una referencia en vegetales deshidratados, organizó un evento en donde abrió su cocina para mostrar las claves de su cadena de producción y destacar diferentes recetas de la mano del chef Maximiliano Fontanet.
Los vegetales de Knorr son deshidratados íntegramente en su planta de Mendoza. En esa provincia también se plantan de manera sustentable ya que se utilizan diferentes prácticas de agricultura regenerativa, una técnica basada en principios y prácticas agrícolas que generan impactos positivos en la salud del suelo, la biodiversidad, la calidad del agua, la resiliencia climática y la rentabilidad.
Una vez cosechados, los vegetales pasan al proceso de deshidratación para garantizar que su calidad permanezca intacta hasta llegar a la mesa. Otro punto importante es que lo hacen sin utilizar conservantes, por lo que también son más saludables.
Ana Hernández Hermida, brand manager de Knorr, resaltó durante el evento: “En Mendoza tenemos nuestra planta deshidratadora, es la única de Unilever en el mundo y es la que nos permite que los vegetales cultivados sustentablemente lleguen a las mesas de toda la Argentina”.
Sobre el proceso destacó: “En la planta los lavamos, los pelamos y los picamos y los ponemos en un horno a bajas temperatura durante un tiempo prolongado para retirarle el agua. Así quedan disponibles para su consumo durante todo el año sin perder ni calidad ni sabor”.
Este trabajo repercute también en la generación empleo en la comunidad mendocina. Entre fábrica y campo son más de 400 familias las que se ven beneficiadas por la actividad productiva. “Hacemos un gran trabajo con la comunidad a través de capacitaciones y ONGs para asegurarnos de llevar el mejor producto posible a la mesa” finalizó Hermida.
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