Las obleas rellenas son una de las galletitas más queridas por los argentinos. No importa la marca, es un tipo de galletita que forma parte de los sabores que todos recordamos de nuestra infancia.
Por eso quisimos conocer más detalles sobre la fabricación de este tipo de snack dulce y visitamos Alacor SA, la fábrica de Zupay para revelar cómo se fabrican estas delicias clásicas en las meriendas nacionales.
Marcelo Chamaza está a cargo de la empresa la fundó su padre hace 52 años. Primero estuvieron ubicados en la ciudad de Buenos Aires, en Guardia Vieja y Pichincha, luego se mudaron a Caseros en el Conurbano y ahora se encuentran en la localidad bonaerense de Open Door, cerca de Luján.
Inicialmente se dedicaron a producir amarettis y obleas con el nombre Sobrino, para luego crecer de la mano de budines, galletitas dulces y mini magdalenas.
Para llegar a tener una oblea clásica, lo primero que hay que hacer es el batido de la pasta. Eso luego pasa al horno durante 4 minutos. Y de allí al enfriado de una plancha muy similar a un waffle.
“Por último se hace el encremado que es el relleno de la oblea”, revela Chamaza a Cucinare.
Zupay cuenta con 120 empleados y ya exporta sus productos a Chile y Uruguay. “Estamos en conversaciones con Estados Unidos, Brasil y algunos países de Europa“, cuenta Chamaza.
Todos los días, Zupay fabrica 15.000 kilos de galletitas por día, unos 400.000 kilos mensuales para abastecer todos sus mercados.
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