Si la idea de cada 3 de mayo es festejar el Día de la Milanesa en un lugar que le haga justicia al clásico argentino amado por todos, existe un pequeño bodegón rockero en el barrio porteño de Almagro cuya especialidad son las milanesas en sus más de 40 variedades para elegir.
Lugares para comer milanesas hay muchos, pero pocos tan auténticos como Don Ignacio.
Se trata de un pequeño bodegón rockero que en sus inicios, hace más de 20 años, supo ser una parrilla hasta que su dueño, Norberto Meza, en un intento por diferenciarse de las parrillas del barrio, se especializó en los filetes empanados y la rompió.
Decorado con fotos y objetos rockeros, con Pappo entre sus mayores exponentes, este rincón creció y fue sumando habitués por el boca en boca: porque se sirven buenas y deliciosas porciones que no entran en el plato, que dejan a los comensales bien pipones y con el corazón contento.
Una de las milanesas recomendadas es la Don Ignacio, con topping de fugazzeta, jamón, salsa fileto y dos huevos fritos. También está la criolla, la favorita de la casa, que lleva fileto, tomate natural, jamón cocido, muzza, rodajas de aceitunas verdes, huevo duro y morrón.
La americana también es de las más pedidas, con salsa de tomate, panceta gratinada y muzzarella. Y, sin dudas, la más original es la Vigilante, con dulce de membrillo y muzzarella.
Uno de los secretos de Norberto, dueño y cocinero de Don Ignacio, es usar nalga como corte predilecto de sus milanesas. El segundo es cocinarlas en el momento y el tercero, unas buenas papas fritas como acompañamento.
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