El origen del flan se remonta a la antigua Roma, donde se conocía como “tyropatina”, una mezcla de leche, miel y huevos. Este postre era muy popular entre los romanos, quienes lo adoptaron de los griegos.
La receta evolucionó con el tiempo y, durante la Edad Media, los europeos añadieron caramelo para crear lo que hoy conocemos como flan. Este proceso de evolución y adaptación de ingredientes fue crucial para que el flan se convirtiera en un postre apreciado en diversas culturas.
Durante la colonización de América, los españoles llevaron consigo muchas de sus tradiciones culinarias, incluyendo el flan. La receta cruzó el Atlántico y se adaptó a los ingredientes disponibles en el Nuevo Mundo.
En México, por ejemplo, se popularizó el flan con toques locales como la vainilla y el café. Así, el flan comenzó a arraigarse en la cultura gastronómica de varios países latinoamericanos.
En Argentina, la llegada del flan se dio junto con la influencia española durante el período colonial. Sin embargo, no fue hasta el siglo XIX que el flan se consolidó como un postre emblemático en la gastronomía argentina. Aquí se le agregó la crema y el dulce de leche para hacer el flan mixto.
Doña Petrona C. de Gandulfo, mítica cocinera de la televisión argentina, tiene su propia versión del flan que lleva 12 huevos. A continuación, su receta y los secretos para que salga perfecto.
#. Preparar el caramelo:
#. Preparar el flan:
#. Cocinar el flan:
#. Enfriar y desmoldar:
Para el caramelo
Para el flan
#. Caramelo perfecto. Doña Petrona recomendaba no revolver el azúcar mientras se está caramelizando para evitar que se cristalice. En lugar de eso, se debe mover la cacerola suavemente para que el caramelo se cocine de manera uniforme.
#. Textura suave. Para obtener un flan de textura suave y sin burbujas, es importante no batir demasiado los huevos. Basta con mezclarlos ligeramente para integrar las yemas y las claras.
#. Cocción al baño María. Cocinar el flan al baño María es crucial para una cocción uniforme y para evitar que se formen grietas. Asegurate de que el agua en la fuente esté caliente antes de colocarla en el horno.
#. Temperatura del horno. Hornear a una temperatura baja y constante es clave para que el flan se cocine lentamente y adquiera una textura cremosa.
#. Enfriado adecuado. Enfriar el flan en el refrigerador durante varias horas es esencial para que termine de cuajar y para que los sabores se desarrollen plenamente.
Este plato puede tener buenas versiones con este tipo de carnes más económicas.
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