El Día del Hot Dog se celebra cada 24 de abril como una forma de homenajear a uno de los íconos globales de la comida callejera. El festejo está asociado a campañas comerciales de cadenas estadounidenses que buscaban posicionar este sándwich como el snack favorito de la primavera de ese país.
Con el tiempo, la efeméride se popularizó a nivel internacional como un tributo a este clásico que logró cruzar fronteras y reinventarse en cada rincón del mundo.
El hot dog —o pancho, como se lo conoce en Argentina— llegó de la mano de la inmigración europea a fines del siglo XIX, y se instaló con fuerza en los puestos callejeros, ferias y estadios de fútbol.
Fue durante décadas una opción rápida y económica en todos los rincones del país, servida en kiosocos, carritos o estaciones de tren, con su infaltable lluvia de papas pay.
Sin embargo, en los últimos años, este emblema del fast food fue adoptado por nuevas generaciones de cocineros que lo llevaron a otro nivel y lo convirtieron en una experiencia gastronómica que ya no se limita a la calle.
“La nueva tendencia es que dejó de ser un producto callejero y pasó a estar en la carta de un bar o incluso de un restaurante, en un formato más gourmet”, señala Leonardo Toloza, chef de Bruce Grill Station.
Allí los panchos se sirven en pan brioche con salchicha alemana y toppings como queso parmesano, pesto italiano, salsa boloñesa, cebolla crispy y chips de batata.
En su local de Moreno, por ejemplo, preparan cuatro variedades fijas y este 24 de abril suman una edición especial llamada Flaming Dog. Consiste en una salchicha alemana bañada en barbacoa picante, cheddar, mayonesa de jalapeño, panceta crocante y chips de papas.
Francisco Ferretti, de BABA House, agrega otra mirada: “Creemos que el pancho de kiosko es un ícono popular que merece culto. Es simple, honesto y directo al alma”. En su local de Olivos, el pancho se sirve con pan de Viena, salchicha a la plancha y un aderezo especial de la casa, coronado con cebolla encurtida y papas pay crocantes.
En Villa Adelina, Crosta Pizza le dio un giro desde la masa: “Creamos los crosta dogs, una salchicha alemana envuelta en masa de pizza suave y esponjosa, con toppings de calidad”, cuenta su equipo. Ya no se trata sólo de una comida de paso: el pancho en Argentina se resignifica con ingredientes artesanales, nuevos formatos y, sobre todo, mucho sabor.
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