Silobolsas: detrás de los ataques, te contamos qué son, cómo funcionan y qué almacenan
En lo que va de 2020, se estima que ya hubo entre 125 y 135 silobolsas vandalizados.
Desde hace algunos meses, se publican regularmente noticias de productores agrícolas que vienen sufriendo ataques vandálicos a sus silobolsas, los cuales son destruidos, con el daño económico que eso implica.
De acuerdo con estimaciones de la Confederaciones Rurales Argentinas, en lo que va del año se vandalizaron 125 bolsones, cifra que crece a 135 según el diario La Nación. Pero… ¿qué sabés de los silobolsas? Te contamos cómo funcionan y qué almacenan.
Los silobolsas nacieron en Europa para proteger los granos o el heno del viento y la lluvia con capas de polietileno. En la Argentina fueron más allá, y los transformaron en estos chorizos cerrados que se ven a la vera de las rutas. Esto permite aislar por completo los granos y extender su tiempo máximo de almacenamiento (hasta 2 años).
En nuestro país aparecieron tras la crisis de 2001, como forma de financiarse por fuera de los bancos. Al conservar el grano por más tiempo, el productor puede esperar a que el precio sea el más conveniente para venderlo. Si en 2001 solo un 4% de todo el grano producido era almacenado en silobolsas, ya en 2019 había pasado a ocupar un 55% del total.
En general, las bolsas tienen unos 60 metros de largo, poseen 3 capas de polietileno expandido más un filtro contra los rayos ultravioletas. En los silobolsas se almacenan unas 200 toneladas de trigo, maíz o soja, generalmente.
Se ha masificado su uso con el paso de los años por lo barato que resultan (cada uno cuesta unos 200 dólares, más 8 dólares adicionales por tonelada almacenada). Si se tiene en cuenta que la soja almacenada allí tiene un valor aproximado de mercado de u$s 70.000, la cuenta es clara para el productor. Además, éste se ahorra los costos de guardar el grano en una acopiadora (que son los silos de metal que se ven en los pueblos agrícolas del país).
Todavía queda por averiguar quién o por qué se han dado los ataques a silobolsas. Porque romperlos es muy fácil: solo hace falta un objeto punzante, como un destornillador, cuchillo o tijera. Como los granos son guardados a presión, en cuanto se pincha el silobolsa, el grano se esparce hacia el exterior.
Author: Cucinare
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