Dejó su currículum en una panadería y preguntó si había home office: “Te dejamos la harina en tu casa así podés amasar tranquilo”
El dueño de una panificadora de Quilmes contó la insólita situación que le tocó vivir con el pedido de un aspirante.
Para situaciones insólitas, esta se lleva la candidatura para estar en el podio. Un joven que estaba buscando trabajo dejó su currículum en una panadería de Quilmes y preguntó si había días de home office.
La pregunta, tan absurda como sencilla, desarmó a Federico, el dueño de la panificadora Nova Panes, en la zona sur del conurbano.
“Uno dejó el CV en la panadería y preguntó si hay algún día de home office. Sí, un día por semana te dejamos la harina en tu casa así podes amasar tranquilo, rey”, escribió el propietario en su cuenta de Twitter.
Inmediatamente, su posteo se viralizó, llenándose de comentarios irónicos, en el mismo tono del que había tuiteado Federico.
“Capaz que quería ser Data Analytics y calcular qué día de la semana se vende más pan. Qué día más medialunas, que día mas prepizzas, etc”, comentó un usuario.
El dueño contó que su comercio tiene 12 empleados, pero que supo tener más. “Abrimos una panadería con mi viejo y mi hermano en plena pandemia. Por razones ya conocidas, durante la cuarentena nos fundimos”, reveló Federico en diálogo con TN.
El panadero contó que en ese momento decidieron seguir adelante: “Nos pusimos a hacer pan de papa. Mi viejo nos prestó un galpón de su fábrica para trabajar ahí y arrancamos hace 11 meses. Por suerte fue un éxito”.
Federico explicó que la búsqueda era para contratar “gente para elaboración. Básicamente es hacer bollitos de masa y ponerle queso. Como es algo básico y no difícil, tratamos de tomar gente sin experiencia, de 18 a 25 años. Mejor si es su primer laburo, así aprenden rápido”.
“Una persona pensaría que si tiene que hacer bollos de pan es obvio que el trabajo es in situ. No es un trabajo de administración o ventas”, agregó.
Sobre el aspirante que le hizo esa insólita consulta, afirmó: “El chico era joven, trabajaba en call center. Le dije, después de reírme sin mala intención, que no. Que era imposible que se lleve harina y me traiga el pan hecho”.
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