Un político escrachó a un restaurante porteño porque no lo dejaron entrar por estar en zapatillas
Carlos Maslatón, el liberal que asesora a Javier Milei, reveló que no lo dejaron ingresar en Bagatelle, el lujoso local ubicado en el Hipódromo de Palermo.
Bagatelle es un novedoso restaurante ubicado en el hipódromo de Palermo, en una especie de Trianon, cerca de la avenida Dorrego.
Tiene la particularidad de que descorchan botellas de champagne con bengalas y, según el precio de la botella elegida, los mozos hacen una performance más o menos llamativa, incluso bailando sobre las mesas.
Sin embargo, no fue el lujo que se vive puertas adentro de Bagatelle lo que se convirtio en noticia en los últimos días.
Carlos Maslatón, abogado y consultor financiero, que tuvo un fugaz paso por la política en la década de 1990 y que actualmente asesora al diputado Javier Milei, difundió una noticia que sorprendió a todos.
Maslatón es para muchos una suerte de rockstar, y cuenta con una legión de fieles seguidores en Twitter.
Con su habitual estilo, Maslatón aseguró que no le habían permimtido el ingreso a Bagatelle porque esa noche calzaba zapatillas.
El mismo damnificado narró su desventura y dio un detalle: uno de sus amigos no tuvo el mismo inconveniente, a pesar de tener un calzado similar.
Aparentemente, el problema de las zapatillas de Maslatón era la suela. ¿Cuál es el problema? Aquí se entra en el umbral de la especulación: en primer lugar, las zapatillas con suela tipo de resortes son bastante más aparatosas que las convencionales.
Además, por algún motivo se las asocia con “pibes chorros”, o “wachiturros”, etiqueta peyorativa que alcanzaría para descalificarlas por sí solas. Pero las que vestía Maslatón, según el mismo describió en sus redes, eran de la marca On, de origen suizo, marca que casi nadie conoce.
La versión de Maslatón
El polémico abogado se hizo eco del rechazo sufrido, y publicó en su cuenta de Twitter: “Me resulta muy divertido que no me hayan dejado ingresar a un restaurant por las zapatillas que tenía puestas”.
Y relató más detalles de esa noche: “Mi amiga Luna reservó, dijo que tenía que ir. Yo iba sin prejuicio alguno, tal vez era bueno. Pero no me dejaron ni conocerlo, les pedí entrar a verlo, aunque me fuera de inmediato, ni eso fue posible, todo supuestamente por mis zapatillas On”.
El abogado Sergio Mohadeb, más conocido como @derechoenzapatillas, aseguró que “la casa puede reservarse el derecho de admisión, pero debería tener taxativamente referido los motivos del rechazo a los eventuales clientes”.
Finalmente, se supo que, ante el escándalo, Bagatelle extendió una invitación a Maslatón a modo de desagravio, con el objeto de que concurra al establecimiento.
La viralización de la situación hizo que otros restaurantes aprovecharan para ganar espacio. Garibaldi, por ejemplo, se rió del dress code.
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