La esquina de Palermo que rinde homenaje a las galletitas más queridas de nuestra infancia

Facundo Elvadín dejó su trabajo en el Poder Judicial para evocar los sabores de su niñez en Merienda, su emprendimiento.

Facundo Elvadín dejó su trabajo en el Poder Judicial después de 20 años para dedicarse a la gastronomía. Primero puso una pizzería y luego un bar en su barrio natal, Palermo.

Merienda está ubicado frente a la plazoleta William Morris, en lo que un momento se llamó Palermo Viejo y luego se convirtió en Soho. En ese barrio, Facundo era llevado por sus abuelos Celestino y Pilar para jugar mientras ellos hacían las compras.

Desde sus ojos de niños hasta la actualidad con 43 años, Facundo vio todos los cambios del barrio. “Desde el cierre de las Bodegas Giol y los talleres mecánicos, hasta la actual oferta gastronómica que desborda la zona”, cuenta.

En ese barrio también vivía su tía abuela Palmira. “Gran parte del menú de Merienda es un homenaje a esas dos señoras que alegraron mis tardes”, relata Elvadín en diálogo con Cucinare.

Merienda está ubicado en un local con una ubicación que da a tres calles: Guatemala, Uriarte y Darregueyra. “Es un vértice único en Buenos Aires. Yo ya había visto esta casa desde hace mucho tiempo. Nos pareció ideal para rodearlo de ventanales que permitan una vista abierta a la plazoleta William Morris y a las tres calles”, explica Facundo.

El nombre del local evoca los recuerdos de su infancia, refleja el deseo de recuperar y celebrar las tradiciones argentinas. “Vimos que, con el auge de las cafeterías de especialidad, se dejaba de lado nuestra identidad gastronómica en favor de una propuesta extranjerizante. La merienda es algo muy nuestro, algo que no todas las culturas tienen”, reflexiona Facundo.

Elvadín empezó a pensar Merienda desde la estética. Los pisos con calcáreos que remiten a los manteles de su abuela. Las sillas están inspiradas en las de la escuela, y la mesa comunitaria recuerda un banco escolar.

“Elegimos colores como el ocre y el aquamarina, el celeste por su asociación con la inocencia. Las plantas en la vereda son olivos, que me recuerdan al lugar donde viví gran parte de mi vida, y dentro del local hay potus y helechos serruchos, como los de mi abuela”, detalla el emprendedor gastronómico.

En Merienda ofrecen las icónicas galletitas de la infancia, como la merengada XL artesanal con coco o la Tita con masa sablé, relleno de limón y baño de chocolate. “Siempre que iba a lo de mi tía Palmira, me esperaba con Titas. No podían faltar”, cuenta.

“Tenemos croissant, pero con pastelera o dulce de leche para darle el toque nacional”, advierte Facundo.

Para Facundo, la galletita preferida de la infancia es la Melba. El emprendedor esperaba ese momento en que su abuelo llegaba del local con la bolsita con un cuarto de este producto de Terrabusi. En el bar preparan un brownie en versión Melba.

Entre las tortas, destacan la cheesecake de batata Vigilante, la Chajá, y la torta flan de pistachos, perfectas para acompañar con café, té, limonadas, chocolatada o vainillada.

Los salados también tienen su lugar en Merienda, con una selección de platos argentinos reinterpretados. Buñuelos de acelga, croquetas de jamón crudo, tortilla de papas, ensalada rusa, milanesas con espaguetis y lasaña son algunos de los destacados. Para el postre, no pueden faltar el arroz con leche, los panqueques con dulce de leche y mousse, o el flan mixto.


Author: Martina

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