El bistró de un famoso hotel de Retiro que dejó atrás la gastronomía española y apuesta por la nueva cocina porteña
Un almuerzo chic en Boca de Toro: una experiencia deliciosa con una carta totalmente renovada por su chef Agustín Monticelli.
Por Verónica Camaño
El juego mental de caminar por los alrededores de la Plaza San Martin con ojos de turista siendo local resulta muy fácil, más en un día primaveral fresco y de típico cielo azul porteño: una vez que se encara la calle Maipú, que de día es aún más coqueta que de noche, con sus cúpulas y veredas angostas, un buen plan es almorzar en Boca de Toro, el bistró del Hotel Pulitzer que está estrenando una carta totalmente renovada por su chef ejecutivo, Agustín Monticelli.
Las entradas de Boca de Toro: ensalada de peras, ricota casera con panceta ahumada y tartar de langostinos de Chubut
En un ambiente mega chic, protagonizado por una barra central de mármol, pisos de madera y grandes ventanales, Boca de Toro es visitado tanto por extranjeros como por oficinistas de la City que aprovechan su menú semanal de mediodía de dos o tres pasos para vivir una experiencia que involucra todos los sentidos.
La barra es protagonista de este bistró sobre la calle Maipú.
Las entradas en platitos para compartir muchas veces logran robarse el protagonismo de los platos principales, es el caso del tartar de langostinos, las croquetas de jamón, la provoleta de cabra con tomates cherry fritos y compota y pickles de ciruela, el salmón curado y unas espectaculares mollejas glaseadas en salsa tamarindo y papas fritas.
Mollejas glaseadas en salsa tamarindo y papas fritas trufadas
Si bien la identidad del restaurante en sus inicios en 2018 era 100% española ahora la carta continúa con esos orígenes pero dándole protagonismo a los productos locales y la gastronomía porteña. Según Agustín, el plan a futuro es seguir por este camino incorporando brasas al menú.
“Mucha gente de acá no entiende el matrimonio de anchoa con boquerón, por eso queremos romper la estructura de lo español, independizarnos, e ir por platos sencillos de la cocina porteña argentina”, explica el chef que a lo que menos le teme es a los desafíos: hace sólo semanas volvió de un viaje de exploración gastronómica en camioneta desde el barrio porteño de Saavedra hasta Alaska.
Agustín Monticelli transformó la carta de Boca de Toro dándole protagonismo a la cocina porteña
Pero volviendo al almuerzo, uno de los principales más elegidos de la nueva carta es el matambre con glaseado de maracuyá, naranja y fondo de pollo, sobre un puré de cabutia con manteca dulce, hinojos frescos y hojas de mostaza a la plancha.
Una opción más liviana es la pesca del día con verduras orgánicas glaseadas en manteca, sobre un pudding de espinaca y brócoli y un touch de limón. Para los amantes de la carne y las pastas, la mejor opción es el ojo de bife con puré de coliflor y ñoquis de papa con manteca ahumada.
Si de postres porteños hablamos, para terminar bien arriba no falta el flan con dulce de leche, el arroz con leche azafranado y la tabla de quesos acompañados por confituras hechas en el lugar.
Author: Veronica
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