El pizzero campeón que se instaló en la Costa Atlántica: pizza con pulpo, caviar y flores comestibles, la estrella del local

Miguel Sánchez abrió Mima esta temporada en Miramar, en honor a su abuela cubana.

A principios de 2024, Miguel Sánchez llegó a las playas bonaerenses de Miramar con un propósito claro: ser el referente de la pizza en esta ciudad.

Antes de mudarse junto al mar, Miguel vivía en Berazategui, donde vendía hasta 600 cada fin de semana. Su trayectoria incluye importantes premios internacionales como pizzero, pero lo que realmente lo define es la conexión con su hijo Máximo, quien, con sólo 14 años, asumió el mando del negocio familiar en un momento crítico.

De origen cubano, Miguel aterrizó en Argentina hace muchos años y se estableció en Berazategui, donde formó pareja con una mujer ligada a una tradición familiar de cuatro décadas en el mundo de la pizza.

A pesar de ese entorno favorable, sus comienzos fueron complicados. Tras perder su empleo como vendedor, comenzó a trabajar junto a su suegro en la preparación de pizzas, descubriendo en ese proceso una profesión y una pasión.

A medida que avanzaba, se interesó en perfeccionar su técnica y explorar el mundo de las competencias internacionales. En 2019, dio su primer gran salto participando en un campeonato, donde aprendió a ver la pizza como un arte: el equilibrio entre fermentación, hidratación y calidad de ingredientes lo llevó a destacarse.

Su dedicación dio frutos, quedando en octavo lugar en su debut y luego alcanzando posiciones de renombre en torneos latinoamericanos y mundiales. Entre sus creaciones más icónicas se encuentran una pizza con oro comestible, otra inspirada en el mojito cubano y una con arenque ahumado, que lo llevaron a la fama internacional.

Una historia familiar de mucho esfuerzo

El vínculo con su hijo Máximo es otro pilar fundamental de su historia. Durante una grave enfermedad que lo mantuvo al borde de la muerte y lo alejó del negocio por meses, su hijo asumió las riendas del emprendimiento familiar con apenas 14 años. Su desempeño fue tan impecable que recibió el título de “pizzero revelación” en una competencia.

Hoy, la familia Sánchez está instalada en Miramar, donde comenzaron con un food truck y ya abrieron un local que lleva el nombre de su pizzería original, Mima, en honor a la abuela de la familia en Cuba. La apuesta es clara: producir pizzas de alta calidad con procesos cuidados que pueden demorar hasta tres días de fermentación.

Además de la excelencia en la cocina, Miguel se integró a la comunidad miramarense. Ha dado clases magistrales en eventos locales, como la fiesta del kiwi, y planea ofrecer cursos para amas de casa.

También ha creado una pizza emblemática de Miramar, con ingredientes que representan la identidad de la región, y se prepara para inaugurar un restaurante con una carta que combinará opciones tradicionales y gourmet.

Miguel creó propuestas gourmet como la pizza Miramar, que refleja los sabores y paisajes de la región. Esta incluye una base de crema de papa, pulpito de mar, caviar, crocantes de tinta de calamar y flores comestibles, en un homenaje al bosque costero y al mar que rodean la ciudad. La carta también promete incluir las pizzas de campeonato, como la pizza mojito, inspirada en su tierra natal, Cuba.


Author: Martina

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