Día de los alimentos congelados: la historia detrás de una innovación que nos cambió la vida

6 de marzo de 1930, el día que transformó la industria de la alimentación para siempre.

Una lata o un producto congelado son artículos de la vida diaria, pero esto es algo que hace poco más de 200 años resultaba incomprensible para el ciudadano de a pie. Es que el progreso técnico e industrial que se dio a partir de la Primera Revolución Industrial, estrechamente vinculado a la urbanización, cambiaron la forma de comer.

Uno de estos hitos es la de los alimentos congelados. Durante milenios, el frío como elemento de conservación era un bien escaso. Desde Asia hasta Europa, la única forma de refrigerar alimentos era en cuevas llenas de hielo o nieve.

Recién a partir del siglo XVIII, comenzó a experimentarse con las primeras y primitivas fábricas de hielo. En 1885, por ejemplo, Alemania desarrolló plantas de hielo en sus puertos pesqueros, a fin de conservar los frutos de mar.

Entre 1860 y 1870, se crearon las primeras “cajas de hielo”, incipientes heladeras que se enfriaban con barras de hielo, muy precarias, ya el hielo se fundía, tenían mal olor y muchos hongos. Sin embargo, en 1859, unos años antes, el francés Edmond Carré comenzó a experimentar una máquina de hielo enfriada a base de amoníaco, que presentó con éxito en la Exposición Universal del Londres; no obstante, su invento tardaba horas en producir un kilo de hielo. Pero su invento mejorado logró, en 1877, crear los primeros barcos refrigerados para transportar carne congelada.

Pero fue el alemán Carl Von Linde, profesor de ingeniería de Munich, quién inventó la refrigeración por compresión, lo que permitió comercializar las primeras heladeras de uso industrial. Para 1896 ya había 1659 de estas máquinas distribuidas en empresas de todo el mundo.

Sin embargo, los primeros productos congelados destinados al consumo masivo provienen del otro lado del Atlántico. El 6 de marzo de 1930 marcó un antes y un después en la industria de la alimentación: ese día, en una tienda de Massachusetts, Estados Unidos, se vendieron al público los primeros productos conservados en un freezer.

Este primer paso lo dio la tienda Davidson’s Market and Bakery, con 27 tipos distintos de productos congelados que iban desde verduras, hasta frutas y pescados. A partir de ahí, se creó la categoría de alimentos ultracongelados que cambiaría para siempre la historia de la industria y la forma que tenemos de cocinar y de comer.

El creador de este método fue el estadounidense Clarence Frank Birdseye II, considerado el fundador de la industria moderna de alimentos congelados. La solución se le ocurrió en 1915, mientras realizaba un trabajo de campo en el Ártico: su secreto estuvo en la congelación rápida a temperaturas mucho más bajas que las que se practicaban hasta ese momento.

Esto produce cristales de hielo más pequeños, dañando mucho menos los tejidos de los alimentos. Así, logró conservar su textura y aspecto originales, así como también todas sus propiedades.

El Día de los Alimentos Congelados se estableció formalmente en 1984, cuando el presidente Ronald Reagan decidió que el 6 de marzo sería conocido como el Frozen Food Day, para así fortalecer los méritos de la industria en los Estados Unidos.

Para entender mejor el proceso, Cucinare conversó con la gente de Frizata, una de las empresas líderes el rubro. Adolfo Rouillon, cofundador de la empresa, cuenta que “el método que se utiliza es el de la ultracongelación que puede llegar hasta menos 46 grados. Este proceso se realiza en menos de 30 minutos, mientras que en un freezer hogareño se congela de manera más lenta a menos 18 grados. Como el proceso de ultracongelación es muy rápido y las estrellitas o cristales son mucho más pequeñas, no se daña la estructura de los alimentos”.

Ante la pregunta de por qué la pandemia impulsó el consumo de este tipo de productos a nivel mundial, Rouillon afirma que “si bien Argentina aún está lejos de las estadísticas de consumo de otros países, el sector está viviendo una fuerte transformación. Hoy un cliente de Frizata, la primera empresa argentina alimenticia de congelados 100% digital, consume 30 kilos anuales de alimentos congelados, una cifra similar al consumo de Estados Unidos”.

Ciertamente, durante 2020, la demanda de comidas congeladas preparadas aumentó sus ventas casi un 60% según un informe de la consultora especializada en estudios de mercado Scentia. Esto se debió, entre otros factores, a la pandemia y a las restricciones.

“Y si bien la tendencia indicaba que el futuro de los alimentos era online, hasta el año pasado en la Argentina el e-commerce aún tenía una penetración baja. La coyuntura aceleró estos cambios y la góndola se volvió virtual: el argentino descubrió una categoría y entendió que puede encontrar variedad, productos saludables y buen precio”, comenta Rouillon, sobre el crecimiento de la categoría durante la pandemia.

¿Conocías la historia de los alimentos congelados?


Author: Cucinare

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