El joven que hace asados desde los 13 años y ahora se convirtió en un innovador de la parrilla: del corte banderita al sushi de carne y molleja

El experto en brasas Ignacio Bravo lleva adelante dos proyectos: Casa Pasto y Nakuri Urinaki.

Ignacio Bravo sabía que iba a ser parrillero desde que comía los asados familiares de su papá y de su abuelo cuando era apenas un nene de unos 10 años. Ya en ese momento, descubría los errores que cometían los adultos de la familia a la hora de encarar el fuego o la cocción.

A los 13 años, apenas entrado a la adolescencia, se hizo cargo de la parrilla familiar los fines de semana. “Me daba cuenta lo que hacían mal mi abuelo y mi papá. Se apuraban por la ansiedad del asado. Por ejemplo, sacaban todo junto y hasta prendían el horno para calentarlo en pleno almuerzo -recuerda Nacho en diálogo con Cucinare-. Entonces, empecé a tomar el poder de la parrilla de la casa”.

El joven Ignacio se lucía en cada ceremonia en el parque de su casa. Se ocupaba de todo. Desde la compra de la carne, la marinada y los distintos pasos del asado tanto con familiares como con amigos. Todos lo elogiaban. “‘Vos tendrías que hacer esto por plata’, me decían los que probaban mis preparaciones. Y ahí se me ocurrió la idea”.

Bravo habló con sus padres y les contó a que quería dedicarse. Estudió Gastronomía y empezó con una empresa para eventos en la que simplemente hacía asado para cumpleaños, casamientos u otras reuniones. Lo mismo que hacía en su casa desde los 13 años. Lo que lo hacía feliz.

Su empresa nunca dejó de crecer. Nacho cocinó para famosos y para millonarios que se juntaban a jugar al póker en un club cerrado. Allí fue tejiendo relaciones hasta que llegó el momento de pegar un nuevo salto: el restaurante propio.

Así abrió hace muy poco Casa Pasto, un espacio en el que cumple todos sus sueños en la parrilla. Pero, nada es del todo tradicional en la vida de Bravo. Es que el local contiene a dos restaurantes en el mismo espacio.

Casa Pasto es una parrilla de carnes de calidad. ofrece cortes de carne de pastura y vegetales provenientes de un pequeño productor orgánico certificado. Pero algunos días de la semana funciona allí Nakuri Urinaki, un proyecto que fusiona la parrilla argentina con el sushi japonés y la cocina nikkei.

Nacho se alió con el sushiman Uriel Hendler. Juntos arman un menú omakase de 7 pasos que combina sabores de Argentina y Japón.

De entrada se puede pedir empanada de mar y tierra, que fusiona frutos del mar con la carne de pastura. Luego, un bowl de arroz gohan con morcilla y furikake.

Luego se pasa al tataki de bife de chorizo de pastura con alioli y merken, el roll de langostino furai y palta, coronado con tartar de molleja, vieira y queso parmesano flambeado. Luego viene el trío de niguiris: entraña, molleja y ojo de bife y para cerrar con broche de oro, un gunkan de molleja y huevo de codorniz.

Nakuri Urinaki funciona todos los miércoles y viernes, mientras que Casa Pasto te espera los sábados y domingos. Pese a toda la innovación que le pone a sus proyectos, Nacho define cuál es el corte de carne que más lo representa a la hora de la parrilla: “El tradicional asado banderita creo que es el corazón del asado”.


Author: Martina

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