La verdadera historia del chivito uruguayo

Es uno de los más famosos del Río de la Plata. Te contamos su origen y dónde lo podés probar.

La llegada de la primavera trae la modalidad de los sándwiches al paso, entre los que se destaca el legendario chivito uruguayo, el rey de los sándwiches. Contrariamente a lo que su nombre indica, no lleva carne de chivo ni mucho menos, así que los aprensivos no tienen que temer la presencia de una carne alternativa.

¿Y por qué se lo identifica con el país oriental? La historia, completamente verídica, fue narrada por Antonio Carbonaro, dueño de El Mejillón, el restaurant de Punta del Este donde se creó este sándwich. El propietario se la contó al periodista Marcelo Gallardo (nada que ver con el director técnico de River Plate), del Diario de Punta del Este.

En la década de 1940, una señora del Noroeste argentino recaló allí y, luego de una noche agitada con corte de luz incluido, la recién llegada había pedido que le sirvieran carne de chivo (chivito), que acababa de probar en la provincia de Córdoba y que le había gustado.

Como no lo tenían, improvisaron un sándwich de pan catalán untando con manteca, un churrasquito jugoso y una feta de jamón. Pero a la señora le gustó tanto que Carbonaro lo incluyó en la carta y fue furor. Al poco tiempo, El Mejillón llegó a despachar mil chivitos por día, al punto de tener dos carnicerías que lo abastecían casi con exclusividad. El resto es historia.

Actualmente al chivito se le agrega mayonesa, pickles, morrón, queso, lechuga, tomate y huevo duro. Y siempre se acompaña de crujientes papas fritas.

Cucinare consultó a Gustavo Cano, uruguayo y especialista en la materia, cuál es la clave para lograr un buen chivito: “El secreto es que se prepare en una chivitera. ¿Qué es eso? Es un horno que tiene una plancha arriba y un gratinador abajo. Sobre la plancha se cocinan el churrasquito, el jamón y la panceta junto a una de las rodajas del pan catalán, que es una especie de pebete salado y espigado, mientras que en el gratinador se gratina la otra rodaja de pan con el queso. La clave está en la mezcla de sabores que se embeben los panes, lo que hace de este sándwich algo muy peculiar”, concluye Cano.

Por lo general los uruguayos acompañan al chivito con una gaseosa o cerveza, aunque el maridaje ideal es una copa de vino tinto ligero que ayude a limpiar las grasas de la boca. ¿Dónde se puede probar en Buenos Aires? Uno de los lugares más interesantes para hacer la experiencia es Sánchez y Sánchez, en Rivadavia y Sánchez de Bustamante. Otra posibilidad es experimentarlo en la Perlita del Once.

¿Conocías la historia del chivito?


Author: Cucinare

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