Un turista pagó en efectivo en una parrilla argentina y el momento se hizo viral por la cantidad de billetes que tuvo que poner
Un extranjero, impresionado por el despliegue de efectivo que se vio obligado a realizar, posteó su experiencia.
Una carretilla de plata. Literalmente. Era lo que se empleaba en el Berlín de 1922 para hacer las compras más elementales. También se usaba los billetes para empapelar las paredes. Incluso llegó a haber un billete de ¡cien billones de marcos!
Estamos muy lejos de vivir un conflicto espantoso como la Primera Guerra Mundial, pero hay momentos que muestran la desvalorización de nuestra moneda.
Por ejemplo lo que le pasó a este turista estadounidense que compartió en Twitter su experiencia al momento de pagar en Don Julio, la famosa parrilla argentina.
Ya hubo posteos de gente sorprendida por la cantidad de billetes que requiere hacer una compra en efectivo en la Argentina, pero este también llama la atención por el abanico de billetes se vio obligado a desplegar al momento de pagar la cuenta.
Impresionado, Oscar Salem subió el siguiente texto a su cuenta de Twitter: “Buenos Aires Argentina. Esta es la cuenta en un restaurant. El dinero no vale nada. Si venís, traé dólares. En efectivo. No uses papel picado (ni siquiera lo cuentan)”.
El ágape le salió $ 145.000, pero aclaró que, si uno paga con tarjeta, le cuesta u$s 900, mientras que si cambia el efectivo a dólar paralelo sale u$s 500. Parte de la esquizofrenia monetaria local.
Las respuestas, algunas llenas de ingenio, no se hicieron esperar:
Un usuario jocoso, afirmó: “Por esa plata te hago el mejor asado criollo, con buen vino patero, y postre”.
Otro posteó: “Oscar te vieron la cara de otario y te cobraron las cuentas de otras mesas”.
Sin embargo, no todas fueron bromas acerca de la economía argentina. Varios extranjeros se hicieron eco de la inflación como un flagelo que afecta a todo el mundo.
“Somos ranas en una olla monetaria que fue calentándose constantemente a través de la emisión de dinero + deuda. Si se pone una rana en agua hirviendo, saltará. Si la rana se pone en agua tibia y se calienta lentamente, no percibirá el peligro y morirá cocinada. Lo mismo sucede con la inflación”, afirmaba otro comentarista.
Finalmente, un usuario tiró un dardo ácido pero fiel a la verdad: “Lo más triste es cuando los argentinos se ríen del cliente por lo que ellos piensan es un precio delirante, pero se olvidan del punto central: su dinero es basura”.
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